Las epidemias y las pandemias exponen las desigualdades de salud existentes y con demasiada frecuencia las intensifican. Los patrones de morbilidad y mortalidad pueden afectar de manera desproporcionada a los grupos vulnerables, como los residentes de asentamientos informales, las personas sin hogar, las comunidades indígenas y los ancianos, así como la intensificación de la carga de la atención, especialmente para las mujeres, en los hogares que no pueden acceder a la provisión pública o pagar la atención paga. La pandemia de COVID-19 no es diferente. 25/03/2020. Alex Shankland
Muchas cuestiones que las feministas hemos venido mostrando hace tiempo, develando el carácter social e histórico de la subordinación delas mujeres y la desvalorización en términos económicos de sus trabajos, podrían hacerse más evidentes en estas circunstancias. También debería ponerse en evidencia la necesidad de enfocar a la violencia de género como una p andemia que puede quitar más vidas que el coronavirus Podría evidenciarse que la presencia del Estado es necesaria para equilibrar oportunidades y asegurar derechos y que la desigualdad y la pobreza son las verdaderas causas de las catástrofes. Desde nuestras casas, comunicadas como siempre y construyendo pensamiento y acción.
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